09 de Mayo, 2024
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Política

Memoria, Verdad y Justicia completa

El día que se inició uno de los más sangrientos períodos de la Argentina

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El período de facto transcurrido entre 1976 y 1983 tuvo cuatro jefes de Estado, en el plan que llamaron Proceso de Reorganización Nacional: fueron Jorge Rafael Videla (1976-1981), Roberto Eduardo Viola (1981-1982), Leopoldo Fortunato Galtieri (1982) y Reynaldo Antonio Benito Bignone (1982-1983).
 
El gobierno del radical Alfonsín trajo consigo el comienzo de una era de estabilidad democrática en el país, aunque todavía debió soportar una serie de alzamientos militares que se extendieron hasta la presidencia de Carlos Saúl Menem, a principios de la década del 90. 
 
Así, el último presidente de facto que tuvo la Argentina fue Bignone, quien gobernó desde el 1º de julio de 1982 hasta el 10 de diciembre de 1983, cuando Alfonsín asumió el mandato que había recibido en las elecciones realizadas el 30 de octubre.
 
 
Cronología del golpe de Estado de 1976
 
La muerte de Juan Domingo Perón agravó un escenario político que ya se mostraba inestable con el líder del Partido Justicialista en sus últimos tiempos en la Presidencia, a la que había llegado después de ganar las elecciones de septiembre de 1973, aunque ya con el peso de sus 77 años.
 
 Postal histórica en 1973. Juan Domingo Perón, Isabel Perón y, delante, Héctor Cámpora, en la casa de Gaspar Campos.
 
Eran tiempos en los que ya habían aparecido células guerrilleras agrupadas en dos líneas principales: Montoneros (peronistas) y Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP, marxistas).
Tras el fallecimiento de Perón, el gobierno recayó en su viuda, María Estela Martínez de Perón, aunque en realidad se produjo un vacío de poder que permitió el crecimiento de la influencia del ministro de Bienestar Social, José López Rega, hombre de confianza de la presidenta y miembro de la logia anticomunista internacional Propaganda Due.
 
López Rega lideraba una organización terrorista parapolicial que se autodenominó Triple A, que saldría a la caza de dirigentes considerados "de izquierda" luego de la muerte de Perón. Incluso, muchos de sus efectivos se incorporaron a los grupos de tareas a partir del golpe de Estado del  76.
 
 José López Rega fue secretario privado y ministro de Bienestar Social de Perón y de Isabel Perón. Además, manejaba la clandestina Triple A.
 
El 5 de febrero de 1975 comenzó el Operativo Independencia, una intervención militar para combatir bastiones de la guerrilla en la selva de Tucumán, que mantenía una presencia en la zona desde principios de 1974.
 
El 28 de noviembre de 1975 se alumbró el llamado Plan Cóndor, un acuerdo empujado por Estados Unidos y firmado por todos los países del Cono Sur (Argentina, Chile, Brasil, Paraguay y Uruguay), en Santiago de Chile.
 
Este acuerdo tenía el propósito de agudizar “los contactos bilaterales o multilaterales a voluntad de los respectivos países aquí participantes para el intercambio de información subversiva, abriendo propios o nuevos carteles de antecedentes de los respectivos servicios”.
 
 El 5 de octubre de 1975, en pleno gobierno de Isabel Perón, un ataque de Montoneros a un regimiento ubicado en los suburbios de la ciudad de Formosa.
 
La endeble estabilidad democrática argentina tambaleó a fines de 1975: el 18 de diciembre, el sector ultranacionalista de la Fuerza Aérea se sublevó y llevó a cabo un fallido intento de golpe de Estado. Varios aviones despegaron de la base aérea de Morón y ametrallaron la Casa Rosada. La rebelión fue repelida cuatro días después.
 
Aunque los militares insurrectos no lograron el objetivo, sí consiguieron el desplazamiento del comandante de la Fuerza Aérea, Héctor Fautario, último oficial leal a Isabel Perón y receptor de duras críticas desde el Ejército y la Marina por su vehemente oposición a sus planes represivos, y por no movilizar sus hombres en la lucha contra la guerrilla.
 
Desde Tucumán, donde encabezaba al Ejército en los combates contra los guerrilleros, Jorge Videla (había asumido al frente de la fuerza en agosto del 75) impuso en la Navidad un ultimátum de 90 días al gobierno de Isabel para que “ordenara” el país. El destino de la viuda de Perón estaba sellado desde un par de meses antes.
 
Tras un período de descanso en la ciudad cordobesa de Ascochinga, Isabel Perón había retomado la Presidencia antes del 17 de octubre de 1975, cuando se realizó el acto del Día de la Lealtad justicialista y en la Plaza de Mayo ya se respiraba una atmósfera destituyente: "Si la tocan a Isabel habrá guerra sin cuartel", cantaron los manifestantes encolumnados en movimientos sindicales.
 
En esos días, el gobierno de los Estados Unidos ya había recibido un lapidario informe de su embajador en la Argentina, Robert Hill, quien dio cuenta de la debilidad de Isabelita e incluso anticipó la inminencia de un golpe de Estado.
 
El poder del gobierno se licuó por el clima violento en el país, fomentado también desde el seno del gabinete por López Rega, por las acciones militares pero también por el apoyo de civiles que se alinearon detrás del movimiento destituyente. Algunos dijeron, años más tarde, no haber tenido la sospecha de un accionar tan radical de la Junta Militar al asumir.
 
 Columnas de Montoneros en una manifestación. La organización guerrillera atentó contra la estabilidad política.
 
 
No tuvieron en cuenta los niveles de odio y enfrentamiento cuerpo a cuerpo que tenían militares y guerrilleros. En ese marco, el vicario castrense, monseñor Servando Tortolo se reunió con Isabel Perón el 29 de diciembre de 1975 para, trascendió, llevarle el mensaje de los tres comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas para que presentara la renuncia.
 
Ya en 1976, la economía agravó la situación, con una inflación de dos dígitos en los dos primeros meses (18 y 20 por ciento) que hizo insuficiente el aumento salarial del 18 por ciento que había dado el gobierno en enero. El precio del dólar casi se triplicó.
 
En lo político, el Congreso no respondía a los pedidos para tratar proyectos de ley enviados desde el Ejecutivo. La licuación del poder era cada vez más evidente.
 
 Isabel Perón, en el tramo final de su gobierno. A su derecha, Emilio Massera, uno de los militares que la iba a derrocar.
 
Se ubicó en Washington DC un último intento de lograr el apoyo de Estados Unidos, con la reunión que el 11 de febrero tuvo el canciller Raúl Quijano con el secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger, a quien incluso invitaron a que visitara la Argentina, convite del que declinó.
 
Una de las últimas apariciones públicas de Isabelita fue el 10 de marzo, en un acto en la sede de la Confederación General del Trabajo (CGT). No se llevó respaldo de una cúpula gremial que le había soltado la mano, ni pudo contagiar el entusiasmo que le puso a su discurso: "Veo demasiadas caras tristes. Yo sé que cuando hay que ajustarse el cinturón las caras se ponen tristes. Pero también les digo que no hay que perder el optimismo, porque si no estuviera segura de que vamos a salir adelante no estaría sentada aquí delante de ustedes”, dijo.
Ricardo Balbín, el líder de la Unión Cívica Radical (UCR), intentó el 16 de marzo sosegar el mal clima que iba in crescendo: “Desde aquí invoco al conjunto nacional, para que en horas exhibamos a la República un programa, una decisión, para que se deponga la soberbia cuando se trata de estas cosas. Lo digo desde arriba para abajo. No hay que andar con látigos, hay que andar con sentidos morales de la vida”.
 
El 22 de marzo regresó al país el empresario Jorge Antonio, un viejo amigo de Juan Domingo Perón quien había estado 18 años exiliado. Sus declaraciones públicas fueron lapidarias: "Si las Fuerzas Armadas vienen a poner orden, respeto y estabilidad, bienvenidas sean". Ese mismo día Casildo Herreras, secretario general de la CGT, se fue a Uruguay para ya no regresar.
 
El martes 23 fue un largo día que terminó en los primeros minutos del miércoles 24 de marzo con el derrocamiento de Isabel Perón. En la mañana previa, el ministro de Defensa José Alberto Deheza se reunió con los jefes militares, quienes le exigieron la renuncia de la Presidenta de la Nación.
 
Isabel partió en helicóptero desde la Casa Rosada hacia la residencia de Olivos poco antes de la 1 del miércoles 24. Imprevistamente, la nave aterrizó en Aeroparque. Allí, Isabelita fue informada de que había sido destituida.
 
 La Junta Militar que asumió el control del gobierno el 24 de marzo de 1976: Emilio Jorge Videla y Orlando Agosti.
A la 1.50, la ya ex presidenta fue enviada en un avión de la Fuerza Aérea a Neuquén, como detenida. A las 10.40, la Junta Militar asumió el control del gobierno para dar inicio de una etapa de siete años, seis meses y 13 días de una dictadura sangrienta en el marco de una década de plomo, dominada por el choque de la violencia guerrillera y el terrorismo de Estado.
      
El Gobierno difundió un video sobre los años 70 y la última dictadura militar
La pieza audiovisual fue grabada por el equipo del documentalista personal de Javier Milei, Santiago Oría, en el Salón Blanco de la Casa Rosada. Participaron el periodista Juan Bautista “Tata” Yofre, el ex guerrillero Luis Labraña, y María Fernanda, la hija del capitán Viola.
 
 
Video del gobierno por el 24 de marzo de 1976 en la que el Gral.Jorge Rafael Videla derrocó al Gobierno de María Isabel Martínez, viuda del Gral. Juan Domingo Perón, falalecido en 1973.
El Gobierno publicó en la mañana de hoy un video de casi 13 minutos de duración sobre los años 70 y la última dictadura militar, de la cual se cumplen 48 años, y renombró el 24 de marzo como “el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia Completa”. “Por una memoria completa para que haya verdad y justicia”, resumió Javier Milei.
 
La pieza documental fue grabada por el equipo del documentalista personal del Presidente, Santiago Oría, en el Salón Blanco de la Casa Rosada. Participaron el periodista Juan Bautista “Tata” Yofre, el ex guerrillero Luis Labraña, y María Fernanda, la hija del capitán Viola, quien fue asesinado tras una emboscada de guerrilleros del ERP en Tucumán.
“Tata” Yofre es un periodista y prolífico escritor de libros que abordaron con detalle los acontecimientos y el tiempo político que se vivió antes, durante y después de la última dictadura, tanto por los crímenes cometidos por el Estado como por las organizaciones guerrilleras que atacaron incluso en democracia, durante el gobierno peronista.
 
En tanto, Labraña fue uno de los más importantes jefes que tuvo la organización Montoneros y quien reveló haber sido el que pronunció por primera vez el número de 30 mil desaparecidos, que luego quedó convertido en símbolo. Y María Fernanda Viola es una de las más activas luchadoras por la denominada “verdad completa”, una corriente que reclama que se contemple a las víctimas de la guerrilla.
El video comienza con una frase del escritor checo Milan Kundera: “Para liquidar a las naciones, lo primero que se hace es quitarles la memoria. Se destruyen sus libros, su cultura, su historia. Luego vienen y les escriben otros libros, le dan otra cultura y les inventan otra historia. Entonces la nación comienza a olvidar lo que es y lo que ha sido”.
Yofre, durante su intervención, sostuvo que “no se contó de manera completa la historia” de los turbulentos años 70. “Lastimosamente, se hizo por plata. El secretario de Derechos Humanos era Eduardo Luis Duhalde, junto con su socio en el estudio Rodolfo Ortega Peña, eran los abogados del ERP. Se hizo por plata, porque hubo un reconocimiento a quienes habían destrozado la Argentina, o iban a destrozar la Argentina, y se quedaron con mucho dinero. Cifras enormes, de aquel entonces y de hoy, 200 mil dólares para cada uno”, recordó.
“La otra razón es que, ¿cómo van a condenar con el terrorismo si el terrorismo estaba en el gobierno de (Néstor) Kirchner; hay que acordarse que fue el presidente que terminó con todo, con el indulto del presidente (Carlos) Menem, con el Punto Final y la Obediencia Debida, que había aceptado Raúl Alfonsín años antes. Estaban en el poder. No solamente sus guerrilleros, los terroristas que habían tomado las armas en aquel entonces, sino también sus ideólogos”.
“Mientras estaban los Kirchner se habían prohibido hasta los actos que se hacían en el cementerio en homenaje a mi papá. Tengo la esperanza de que se haga justicia, este año can a hacer 50 años desde que mataron a mi papá”, recordó, por su parte, María Fernanda Viola.
 
Victoria Villarruel: 24 de marzo
 
La publicación de este video, sumado al mensaje que también difundió la vicepresidenta Victoria Villarruel, donde negó que los desaparecidos hayan sido 30.000 y sostuvo que “los derechos humanos son para todos”, se contrapone con las actividades y marchas que todos los años organizan diferentes organismos y agrupaciones políticas.
 
Fuente: Infobae
Publicado: 24 Mar, 2024 10:58 a.m. / Actualizado: 24 Mar, 2024 12:14 p.m. AR