20 de Abril, 2024
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G7 - Los líderes "unidos contra Moscú"

Los mandatarios quisieron dar una idea de su empeño por la cohesión sobre la crisis ucraniana y sus efectos globales, presentándose juntos ante la prensa,.

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 "Debemos permanecer unidos en el G7 y en la OTAN. (El presidente ruso, Vladimir) Putin cree que alguien podría retirarse. Pero esto no ha pasado en absoluto y no pasará", sostuvo el presidente estadounidense, Joe Biden, en el primer día de la Cumbre del G7 que se desarrolla en Elmau, en el sur de Alemania.

 

    Allí, los mandatarios quisieron dar una idea casi plástica de su empeño por la cohesión sobre la crisis ucraniana y sus efectos globales, presentándose juntos ante la prensa, ya después de las dos primeras sesiones de trabajo de la cumbre.
 
    "Seguiremos brindando apoyo financiero, humanitario, militar y diplomático y apoyando a Ucrania durante el tiempo que sea necesario", reza el primer borrador del comunicado final, anticipado por Bloomberg, en la víspera de la videconexión con el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky.
 
    En el Castillo de Elmau, los Siete hicieron un primer anuncio: una movilización de 600.000 millones de dólares y el lanzamiento de una asociación de infraestructura global liderada por el G7 que servirá como una alternativa a la nueva Ruta de la Seda de China.
 
    En la mesa de la cumbre, también está la cuestión del precio tope, necesario para contener el alza de los precios de los combustibles y consecuentemente la inflación. Una cuestión que vería una Alemania "constructiva", reveló una fuente.
 
    La apertura de Berlín incluso fue anticipada en la víspera por una fuente del Gobierno, quien admitió sobre este punto: "Los temas no son pequeños, pero vamos por buen camino para encontrar un acuerdo".
 
    La misma fuente también estuvo de acuerdo en encontrar que el impulso estadounidense sobre este tema está bien fundado y es comprensible.
 
    En cambio, fue el presidente del consejo europeo, Charles Michel, quien reiteró que Europa debe hacer sus valoraciones sobre topes de precios y sanciones, evitando el efecto boomerang: "Debemos golpear a Rusia", sin convertirse en víctimas colaterales de las medidas.
 
    El día en que Kiev revivió los fuertes bombardeos de los rusos -un acto que Biden calificó de "barbarie"-, el G7 hizo alarde de unidad: "Estoy muy seguro de que de esta cumbre surgirá una clara señal de compacidad y resolución", dijo el anfitrión, Olaf Scholz, tras una reunión bilateral con Biden, quien reconoció que había hecho "un increíble trabajo".
 
    "Alemania y Estados Unidos estarán siempre juntos en el tema de la seguridad de Ucrania", añadió el canciller, subrayando que Putin "no había contado con la cohesión de Occidente, y esto sin duda le dará dolores de cabeza".
 
    Desde hace semanas en la mira (también y sobre todo de Kiev) por su reticencia a la entrega de armamento pesado a los ucranianos, Scholz, que debuta en el G7 como anfitrión, quiere transmitir absolutamente el mensaje de una absoluta identidad de opiniones con Estados Unidos sobre la estrategia sobre el conflicto querido por Vladimir Putin.
 
    Y aclarar, como dijo hace unos días al Bundestag, que con la Rusia "imperialista y agresiva" del líder del Kremlin "no puede imaginar ninguna forma de asociación en un tiempo previsible".
 
    El borrador que circula también menciona, entre otras cosas, el hecho de que los líderes están "considerando la hipótesis de utilizar las ganancias de los aranceles sobre las importaciones de Rusia para apoyar a Ucrania".
    Mientras tanto, las negociaciones en la cumbre continúan, en un buen clima, aseguró un sherpa entre los jardines del castillo, al que se podría llegar en helicóptero desde la sala de prensa: si la mañana abriera con un tuit de Biden anunciando la intención de los Siete de prohibir las importaciones de oro ruso -tema sobre el que aún no hay una decisión definitiva, según fuentes escuchadas por ANSA-, por la tarde sobre la mesa está el precio tope.
 
    El primer día de la cumbre, que clausura el martes, también estuvo marcado por nuevas protestas, esta vez en Garmisch Partenkirchen, la famosa estación de esquí alpina donde trabajan los periodistas que siguen el encuentro: según los organizadores, habrían participado 2.000 personas, pero para la policía -que desplegó 18.000 agentes en las calles de la región- no había más de 900 militantes anticumbres.
   
Fuente: ANSA