29 de Marzo, 2024
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El Parlamento Europeo se declara en contra del acuerdo con el Mercosur

Votaron una enmienda que sostiene que el pacto no puede ser ratificado por la política medioambiental de Jair Bolsonaro, entre otras cosas

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Bruselas (corresponsal).- La Unión Europea y el Mercosur nunca estuvieron tan cerca de alcanzar un acuerdo comercial pero cada vez son más los indicios que muestran que esta vez tampoco será. Después de más de 15 años de negociaciones, a finales de junio de 2019 los ministros de Exteriores de los países miembros de Mercosur y la entonces comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, alcanzaron un convenio que parecía satisfacer a todas las partes.
 
La euforia duró unos pocos meses, hasta que se vio que en Europa iba creciendo el número de gobiernos que veían con malos ojos el acuerdo. Este martes el Parlamento Europeo le dio la puntada final al rechazo. El comité de Comercio Internacional de la Eurocámara aprobó una enmienda al informe anual sobre implementación de la política comercial europea en la que asegura que debido a las políticas climáticas del Brasil de Bolsonaro, en el estado actual el acuerdo no puede ser ratificado.
 
 
El punto 36 del informe, que fue aprobado, asegura que el acuerdo entre la Unión Europea y Mercosur “tiene el potencial de profundizar nuestra relación estratégica con América Latina, crear oportunidades adicionales en nuestras relaciones comerciales con estos países y ayudar a la diversificación de las cadenas de suministro de la economía europea”. También considera que el acuerdo con Mercosur “representa el mayor acuerdo de bloque a bloque de este tipo y tiene el potencial de crear un mercado abierto mutuamente benéfico en un área de aproximadamente 800 millones de personas”.
 
El texto de ese artículo también recuerda asimismo que “el acuerdo contiene un capítulo de obligado cumplimiento sobre desarrollo sostenible que debe ser cumplido y compromisos específicos sobre derechos laborales, protección medioambiental, incluyendo la implementación del Acuerdo del Clima de París”. Y a ese artículo, algo genérico, los eurodiputados de franceses del grupo liberal, los del partido de Emmanuel Macron, añadieron una enmienda que consiguió los votos suficientes para ser aprobada y que en la práctica supone la primera vez que el Parlamento Europeo se declara contrario el acuerdo. 
 
La enmienda dice que el Parlamento Europeo “está preocupado por la política medioambiental de Jair Bolsonaro, que está en contradicción con los compromisos asumidos en el marco del Acuerdo de París, principalmente en materia de lucha contra el cambio climático y de protección de la biodiversidad”. Y la frase definitiva: “En estas condiciones, el acuerdo Unión Europea – Mercosur no puede ser ratificado en su estado”.
 
 
París aplaudió con ganas. Franck Riester, viceministro francés encargado de Comercio Exterior, escribió en Twitter: “Lo dijimos con el primer ministro Jean Castex: Francia no puede apoyar el proyecto de acuerdo UE-Mercosur en su estado ante el riesgo de deforestación y el no respeto al Acuerdo de París. Nuestras preocupaciones son ahora compartidas por el Parlamento Europeo, que llega a la misma conclusión”.
 
Pascal Canfin, presidente del Comité de Medio Ambiente de la Eurocámara y uno de los eurodiputados más influyentes del grupo liberal francés, fue aún más claro: “Por primera vez una mayoría en el Parlamento Europeo se pronuncia contra el acuerdo con Mercosur en su estado”.
 
La negativa del Parlamento Europeo –que fue confirmada con la aprobación de esa enmienda en el plenario por 345 votos a favor de la enmienda y 295 en contra.- es el último clavo en la caja en la que quedará guardado el acuerdo en los próximos años. La Comisión Europea tiene el texto preparado hace meses para presentarlo a los ministros de Comercio de la Unión Europea pero arrastra los pies y no lo presenta a votación a sabiendas de que ahora mismo sería rechazado.
 
La política comercial europea se decide por mayoría cualificada (no hace falta unanimidad de los 27) pero cada vez son más los países que rechazan el acuerdo. Tras su anuncio fueron Irlanda, Bélgica, Polonia y Francia. Todos argumentando que la Comisión Europea había cedido demasiado en materia agropecuaria. Poco a poco fue creciendo la preocupación tras los grandes incendios en el Amazonas. A las reticencias de esos países se unieron los parlamentos holandés y austríaco.
 
Jordi Cañas, eurodiputado liberal español y responsable del informe parlamentario sobre el acuerdo Mercosur-UE, votó contra la enmienda. El entorno de Cañas estima que todavía hay posibilidades de que el texto salga adelante.
 
 
Fuente: Clarin - Corresponsaal en la UE/NE
 
 
Acuerdo UE-Mercosur: Alemania quiere que se ratifique
 
Las chances de que el acuerdo UE-Mercosur gane aceptación con la presidencia de Alemania en el Consejo Europeo, a partir del 1 de julio, son mínimas. Los obstáculos siguen siendo muchos.
    
Alrededor de 60 organizaciones no gubernamentales llamaron este lunes (29.06.2020) a protestar contra el acuerdo Unión Europea-Mercosur ante la sede del Gobierno alemán, la cancillería, en Berlín. La semana pasada, cinco organizaciones europeas defensoras del medioambiente y los derechos humanos presentaron una solicitud ante el defensor del pueblo de la UE a fin de que se frene el proceso de ratificación del tratado.
 
El motivo de la movilización es que las asociaciones civiles quieren aumentar la presión para evitar que se lleve a cabo el acuerdo. La aceleración de las protestas se da porque Alemania asumirá el 1 de julio la presidencia del Consejo Europeo, y este país quiere impulsar el acuerdo comercial con los países del Mercosur: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. La canciller alemana, Angela Merkel, ya declaró públicamente varias veces su intención de hacerlo. También desde el Ministerio alemán de Asuntos Exteriores se espera que avance el proceso de ratificación de dicho acuerdo. Según ese ministerio, los países del Mercosur son socios importantes de la UE, tanto a nivel geopolítico como económicamente, y Alemania desea, sin lugar a dudas, fortalecer esos lazos.
 
El acuerdo debe ser aprobado por todos los 27 Estados miembros de la UE, así como por el Parlamento Europeo, pero las chances de que eso suceda son pocas en este momento. Tres parlamentos europeos anunciaron que no aprobarán el acuerdo. Se trata de Austria, Holanda y la región de Valonia, en Bélgica. Sus argumentos son los mismos que los de las organizaciones no gubernamentales.
 
 
Los agricultores europeos rechazan desde hace tiempo el acuerdo UE-Mercosur: protestas en Clermont-Ferrand, Francia. (2018).
 
Agricultores temen pérdidas y daños al medioambiente
 
Brasil, bajo el gobierno de Jair Bolsonaro, está en el centro de las críticas. Por un lado, porque la protección del ecosistema y del Amazonas no se acentúan lo suficiente en el acuerdo UE-Mercosur. Faltan mecanismos de sanciones para el caso, por ejemplo, de que Brasil no tomara medidas contra los incendios en la Amazonía, o siga permitiendo a los grupos de explotación minera que invadan las reservas indígenas. Los que están en contra del tratado también citan los ataques del actual gobierno de Brasil contra el Estado de derecho, los derechos humanos y el orden democrático.
 
Por otra parte, los agricultores y los consumidores europeos rechazan el aumento de cuotas para importaciones agrícolas de Sudamérica, previstas por el tratado, reclamando que en la región los estándares para el uso de pesticidas, así como para evitar la destrucción de espacios naturales a manos de grandes consorcios agrícolas, son menos estrictos,  y que los grupos de presión agrarios tiran del mismo carro. Francia, Irlanda y la región belga de Valonia temen que los agricultores y ganaderos locales sufran pérdidas a partir del momento en el que a los agricultores sudamericanos se les permita exportar sus productos sin aranceles aduaneros. Sobre todo los ganaderos están intentando presionar masivamente para frenar la ratificación del acuerdo UE-Mercosur.
 
Los representantes de la industria europea, además, prevén que las negociaciones no conduzcan nunca a un acuerdo, como en el caso del TTIP, el controvertido Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión con EE. UU.
 
Para el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, los incendios del Amazonas son "asuntos internos".
 
Promesas de beneficio para la industria europea
 
El acuerdo UE-Mercosur crearía, con 780 millones de consumidores, el mercado más grande del mundo, con cerca de un 25 por ciento de todo el rendimiento económico mundial. El tratado sería, desde el punto de vista económico, el más importante que la UE haya ratificado hasta el momento. Para las empresas europeas se abre en Sudamérica un mercado con 260 millones de consumidores. Especialmente beneficiada se vería la industria alemana, dado que se aliviarían las cargas a las exportaciones hacia los países del Mercosur. Los actuales aranceles aduaneros, por ejemplo, para automóviles, máquinas y productos químicos, se anularían gradualmente. Solo por eso, las empresas alemanas ahorrarían alrededor de 4.000 millones de euros por año.
 
Es posible que, ante la resistencia de algunos países miembros, se reaccione con acuerdos adicionales fuera del acuerdo oficial. En el caso del Acuerdo Económico Comercial Global con Canadá, en 2016, se registraron cuestiones de interpretación importantes en una declaración política por separado, y ese podría ser un modelo para el acuerdo UE-Mercosur.
 
Pero el tiempo vuela, y en estos momentos se le están dando las últimas correcciones a este amplio acuerdo comercial, y se está traduciendo a varios idiomas oficiales de la UE. A más tardar a fines de 2020, más bien a mitades de 2021, podría estar listo para ser presentado a votación. Pero aún está por verse si la UE tendrá espacio y tiempo para ello, junto con las negociaciones por el "brexit". Algo de lo que se duda ahora.
 
Argentina frena la euforia UE-Mercosur
 
También en Sudamérica la euforia inicial ha dado lugar a una actitud más moderada: Argentina, con el gobierno de centro-izquierda de Alberto Fernández, introduce controles de precios, de divisas, así como al comercio y al capital, que son diametralmente opuestos al libre comercio. Brasil anunció que no se orientará de acuerdo con el socio más lento, sino que, de ser necesario, también podría aplicar un modelo flexible de ratificación. Después de eso, los cuatro países del Mercosur tendrían la posibilidad de poner en práctica el acuerdo con la UE a diferentes velocidades.
El ministro brasileño de Economía, Paulo Guedes, considera que el acuerdo podría ser un catalizador para las reformas económicas de Brasil. Ese país espera poder más que duplicar sus exportaciones hacia Europa hasta 2035, hasta los 100.000 millones de dólares. Y sin libre comercio, eso sería imposible.
(cp/vt)
 
 
Fuente: Deutsche Welle- emisora internacional de Alemania