28 de Marzo, 2024
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Punto de quiebre por Venezuela

El gobierno venezolano que preside Nicolás Maduro cruzó la línea que separaba al gobierno uruguayo de seguir tendiéndole una mano a condenar su accionar.

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 La instalación de la Asamblea Nacional Constituyente por parte del oficialismo sin que hubiera diálogo con la oposición y la inquebrantable posición del madurismo a seguir violando los Derechos Humanos de su propia gente, garantizará que este sábado en San Pablo el gobierno uruguayo permita que sus socios en el Mercosur apliquen la cláusula democrática del bloque prevista en el Protocolo de Ushuaia, un desenlace que algunos en el gobierno veían como inevitable.

 
No es que la diplomacia uruguaya haya cambiado de posición respecto al pensamiento fundamental que alimentaba la negativa de la administración de Tabaré Vázquez a condenar a Maduro. Más allá del juego político interno del gobierno con el Frente, estaba la convicción que convertir a Uruguay en otro de los tantos enemigos externos que tiene Venezuela no arrimaba ni un milímetro de paz al pueblo venezolano.
 
Pero ante la evidente falta de voluntad de Maduro para dialogar y la continua situación de inestabilidad política y social en ese país, el gobierno entendió que debía posibilitar la existencia de consenso para que el Mercosur castigue a Venezuela.
 
No es que esta sanción de carácter político hará cambiar en algo el panorama. La aplicación de la cláusula cumplirá con una formalidad que se espera en la región hace tiempo: que algún organismo ponga en negro sobre blanco que Venezuela merece ser suspendida por el preocupante estado de salud de su democracia.
 
Ante la imposibilidad de la Organización de Estados Americanos (OEA) de aplicar la Carta Democrática y cuando la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) está paralizada –por culpa de Venezuela- el Mercosur aparece como el foro regional que cumplirá con esa esperada sanción.
 
Pero a los efectos del bloque, la disposición no cambiará en nada, estiman fuentes oficiales consultadas por El Observador.
 
Venezuela ya está suspendida por razones administrativas y desde que Argentina asumió la presidencia pro témpore todos los socios asumieron que el gobierno de Maduro no volvería al bloque. En todo caso, habrá que ver cuál es la naturaleza y el alcance de las medidas que se aplicarán.
 
Venezuela activó el mecanismo de solución de controversias previsto en la normativa del Mercosur, pero ese proceso hoy está en punto muerto dijeron fuentes de gobierno a El Observador. El estancamiento se debe a interpretaciones legales entre los cuatro fundadores y el país caribeño.
 
La aplicación de la cláusula difícilmente contribuya en algo a destrancar el conflicto venezolano, que cada día suma nuevos elementos para convertirse en lo que la literatura  especializada define como conflictos irresolubles o difíciles de resolver. Hasta qué punto el gobierno chavista siente la presión internacional es difícil de saber.
 
El gobierno uruguayo puede tener varias razones para alejarse de Venezuela pero, desde hace un tiempo, empezó a circular en el Palacio Santos un pensamiento estratégico. 
 
¿Cuánto podía Uruguay seguir defendiendo a Venezuela cuando podía estar en juego el interés nacional?
 
El gobierno de Maduro ha paralizado en forma constante cuanto foro regional integra. La Unasur no funciona porque Venezuela veta la elección del nuevo secretario general. 
 
Intentó obstaculizar la elección del secretario general de Aladi este jueves. La OEA se transformó en un foro de debate mediático. La Celac no tiene norte. El Mercosur estaba paralizado hasta que suspendieron a Venezuela.
 
No es que estos organismos fueran la panacea del institucionalismo. Pero no permitir el consenso y trancar permanentemente por razones políticas cansa a cualquiera. El Estado uruguayo que hace de la cooperación y la integración regional uno de sus puntales en política exterior no podía seguir tolerando que se afectara el interés nacional. Ir contra la corriente de la mayoría de la región -entre los que se encuentran los principales socios comerciales del país- ya dejó de ser una opción.
 
 
Fuente: AFP - Por Martín Natalevich - EL OBSERVADOR - MONTEVIDEO -  Agosto 5, 2017
 
 

La instalación de la Asamblea Constituyente derribó la ayuda a Maduro
 
 
El gobierno venezolano que preside Nicolás Maduro cruzó la línea que separaba al gobierno uruguayo de seguir tendiéndole una mano a condenar su accionar.
 
La instalación de la Asamblea Nacional Constituyente por parte del oficialismo sin que hubiera diálogo con la oposición y la inquebrantable posición del madurismo a seguir violando los Derechos Humanos de su propia gente, garantizará que este sábado en San Pablo el gobierno uruguayo permita que sus socios en el Mercosur apliquen la cláusula democrática del bloque prevista en el Protocolo de Ushuaia, un desenlace que algunos en el gobierno veían como inevitable.
 
No es que la diplomacia uruguaya haya cambiado de posición respecto al pensamiento fundamental que alimentaba la negativa de la administración de Tabaré Vázquez a condenar a Maduro. Más allá del juego político interno del gobierno con el Frente, estaba la convicción que convertir a Uruguay en otro de los tantos enemigos externos que tiene Venezuela no arrimaba ni un milímetro de paz al pueblo venezolano.
 
Pero ante la evidente falta de voluntad de Maduro para dialogar y la continua situación de inestabilidad política y social en ese país, el gobierno entendió que debía posibilitar la existencia de consenso para que el Mercosur castigue a Venezuela.
 
No es que esta sanción de carácter político hará cambiar en algo el panorama. La aplicación de la cláusula cumplirá con una formalidad que se espera en la región hace tiempo: que algún organismo ponga en negro sobre blanco que Venezuela merece ser suspendida por el preocupante estado de salud de su democracia.
 
Ante la imposibilidad de la Organización de Estados Americanos (OEA) de aplicar la Carta Democrática y cuando la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) está paralizada –por culpa de Venezuela- el Mercosur aparece como el foro regional que cumplirá con esa esperada sanción.
 
Pero a los efectos del bloque, la disposición no cambiará en nada, estiman fuentes oficiales consultadas por El Observador.
 
Venezuela ya está suspendida por razones administrativas y desde que Argentina asumió la presidencia pro témpore todos los socios asumieron que el gobierno de Maduro no volvería al bloque. En todo caso, habrá que ver cuál es la naturaleza y el alcance de las medidas que se aplicarán.
 
Venezuela activó el mecanismo de solución de controversias previsto en la normativa del Mercosur, pero ese proceso hoy está en punto muerto dijeron fuentes de gobierno a El Observador. El estancamiento se debe a interpretaciones legales entre los cuatro fundadores y el país caribeño.
 
La aplicación de la cláusula difícilmente contribuya en algo a destrancar el conflicto venezolano, que cada día suma nuevos elementos para convertirse en lo que la literatura  especializada define como conflictos irresolubles o difíciles de resolver. Hasta qué punto el gobierno chavista siente la presión internacional es difícil de saber.
 
El gobierno uruguayo puede tener varias razones para alejarse de Venezuela pero, desde hace un tiempo, empezó a circular en el Palacio Santos un pensamiento estratégico. 
 
¿Cuánto podía Uruguay seguir "defendiendo" a Venezuela cuando podía estar en juego el interés nacional?
 
El gobierno de Maduro ha paralizado en forma constante cuanto foro regional integra. La Unasur no funciona porque Venezuela veta la elección del nuevo secretario general. 
 
Intentó obstaculizar la elección del secretario general de Aladi este jueves. La OEA se transformó en un foro de debate mediático. La Celac no tiene norte. El Mercosur estaba paralizado hasta que suspendieron a Venezuela.
 
No es que estos organismos fueran la panacea del institucionalismo. Pero no permitir el consenso y trancar permanentemente por razones políticas cansa a cualquiera. El Estado uruguayo que hace de la cooperación y la integración regional uno de sus puntales en política exterior no podía seguir tolerando que se afectara el interés nacional. Ir contra la corriente de la mayoría de la región -entre los que se encuentran los principales socios comerciales del país- ya dejó de ser una opción.
 
 
Fuente: AFP - AFP / Andres Larrovere - EL OBSERVADOR - MONTEVIDEO -  Agosto 5, 2017