25 de Abril, 2024
Radio Mercosur
Economía

El tren del TLC con China está pasando de largo

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El Poder Ejecutivo no pudo avanzar en el acuerdo comercial con el gigante asiático debido a rechazos provenientes de la interna del gobierno, del sector empresarial y de los 
socios del Mercosur
 
El tren de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con una economía de gran escala parece haber pasado por segunda vez. Ocho meses después de la visita de Estado del presidente Tabaré Vázquez a China, la posibilidad de avanzar en un acuerdo de libre comercio bajó varios cambios y si bien existe la intención de coronar el acercamiento estratégico con el gigante asiático de alguna manera, esa fórmula será bastante diferente a lo que Vázquez y el presidente chino Xi Jinping anunciaron en su momento, dijeron a El Observador fuentes oficiales.
 
La gran muralla que se elevó frente a la posibilidad de concretar el TLC de forma bilateral o a través del Mercosur no solo se explica por la negativa de Brasil y Argentina –que 
 
desde un primer momento se sabía que opondrían resistencias–, sino también por los reparos que manifestaron los ministerios de Industria y Economía.
 
El gabinete discutió en enero un informe que la cancillería compiló sobre los impactos sectoriales que podrían provocar un posible TLC con China, que reunía las perspectivas de Economía, Industria y Ganadería, Agricultura y Pesca.
 
En su momento, el ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, defendió en el gabinete presidencial la necesidad de sellar el acuerdo con la segunda economía más 
importante del globo.
 
Pero otras visiones, que alertaban sobre efectos negativos para Uruguay en caso que el acuerdo prosperara, se interpusieron en su camino.
 
Muchas de esas resistencias provinieron del Ministerio de Industria que dirige Carolina Cosse, desde donde se entiende que un TLC con China pone en peligro unos 35 mil 
 
puestos de trabajo.
 
En tanto, el Ministerio de Economía y Finanzas condicionó su visión positiva para la concreción del TLC a la anuencia de Brasil, en una posición muy similar a la que transmitió el gobierno chino, según dijo el ministro de Economía, Danilo Astori, al semanario Búsqueda en enero.
 
En una reunión ordinaria del Mercosur que tuvo lugar en Buenos Aires en diciembre de 2016, Brasilia transmitió su negativa a flexibilizar el bloque para que los estados parte pudieran explorar acuerdos extraregionales de manera bilateral.
 
El tema no se volvió a plantear en el Mercosur ya que el bloque tiene toda su energía concentrada en la posibilidad de alcanzar un preacuerdo con la Unión Europea para fin de año. De hecho, acaba de culminar la primera ronda de negociaciones con la Asociación Europea de Libre Cambio (EFTA por sus siglas en inglés).
 
Pero China no es el único interesado en no molestar demasiado a Brasil. Una empresa uruguaya privada de relevancia, que vende cantidades importantes al país norteño, también pidió cautela en las negociaciones, ante la posibilidad de que la gestión dañe la relación con el mercado brasileño, informaron fuentes políticas y empresariales.
 
A pesar del empuje del ministro de Ganadería, Agricultura, y Pesca, Tabaré Aguerre, para que los productos uruguayos tengan mejores condiciones de ingreso al mercado chino (o por lo menos similares a las que gozan competidores directos como Australia y Nueva Zelanda), el informe de su ministerio plantea varias dudas en torno a la conveniencia que podría tener un TLC con China.
 
Aunque las últimas veces que integrantes del gobierno se manifestaron públicamente sobre este tema afirmaron que seguirían adelante con lo pautado, ahora la ecuación parece haber cambiado. Si bien nadie se anima a declararlo muerto, la posibilidad del TLC con China agoniza y en algún momento reencarnará en otra cosa cuya forma aún es 
incierta.
 
Avances con Europa
 
Todo lo que el gobierno no pudo avanzar con China, sí lo está haciendo con Europa en el marco del Mercosur. La última presidencia pro témpore uruguaya logró abrir la 
 
negociación que hoy está encaminada y que espera cerrar el año con la formalización de un preacuerdo.
 
El optimismo que está depositado en esta negociación volvió a quedar de manifiesto este miércoles durante la inauguración del primer Foro de Inversión Europea en Uruguay 
 
que convocó a unos 400 participantes.
 
El ministro Astori dijo en el evento que la negociación comercial entre los dos bloques nunca había estado tan adelantada como en la actualidad.
 
En la misma línea, el vicecanciller, José Luis Cancela, catalogó a la conversación con los europeos como “amplia, ambiciosa y muy importante para el futuro económico” del 
 
país.
 
En tanto, el Mercosur y el otro grupo europeo EFTA culminaron la semana pasada en Buenos Aires su primera ronda de negociaciones y continuarán en agosto en Ginebra. En 
 
esta instancia las partes comenzaron con el intercambio de información que tuvo lugar en un “excelente clima”, dijeron fuentes oficiales.
 
La protección agrícola por parte de los estados que conforman EFTA (Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza) aparece a priori como una de las principales barreras en la 
 
negociación. Sin embargo, la estimación oficial es que esta negociación tendrá menos dificultades que la que está planteada con la Unión Europea.
 
Las expectativas con los dos bloques europeos son buenas. Eso se debe en parte a que Argentina y Brasil miran para el mismo lado por primera vez en mucho tiempo. Y el 
 
fruto de esa coincidencia beneficia, en este caso, a Uruguay y Paraguay. Por eso, el Mercosur tiene finalmente una agenda de negociación real con expectativas a mediano 
 
plazo que quizás pueda convocar a nuevos socios fuera del continente.
 
 
 
Mientras tanto, China sigue trabajando para acordar un TLC con Uruguay
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A pesar de las resistencias regionales, el país asiático mantiene interés
 
La puerta de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China todavía no está cerrada, aún cuando las resistencias regionales plantean desafíos importantes para la concreción 
 
del acuerdo comercial en 2018, tal como propusieron los presidentes Tabaré Vázquez y Xi Jinping en octubre del año pasado en Pekín.
 
Una fuente diplomática china dijo a El Observador que su gobierno aún considera la posibilidad de liberalizar el comercio con Uruguay en un acuerdo bilateral. "Todavía 
 
estamos trabajando en eso. En este momento no está descartado", dijo el informante. 
 
El gobierno chino tiene el objetivo estratégico de llevar a una "nueva altura" la asociación de "cooperación integral" con Latinoamérica ya sea de manera multilateral o bilateral, 
 
según se desprende del Documento sobre la política de China para América Latina y el Caribe que fue publicado en noviembre 2016. El gobierno chino considera a los 
 
acuerdos de libre comercio como herramientas válidas para profundizar la cooperación bilateral.
 
"De acuerdo con el principio de beneficio recíproco, China estudiará con los países de América Latina y el Caribe establecer relaciones comerciales estables a largo plazo, 
 
negociar diversas facilidades del comercio incluyendo la suscripción de tratados de libre comercio y solucionar adecuadamente las fricciones comerciales para el desarrollo 
 
sano y equilibrado y la diversificación estructural del comercio entre China y América Latina y el Caribe", establece el mencionado documento. 
 
Durante la cadena de radio y televisión que el presidente realizó el 1º de marzo a raíz de los dos años de su administración nombró, como logro en materia de política 
 
exterior, el afianzamiento de la relación bilateral con China que pasó al nivel de "asociación estratégica". Vázquez dijo –tal como había subrayado el canciller, Rodolfo Nin 
 
Novoa, en Moscú– que el gobierno uruguayo sigue trabajando para lograr la concreción de ese acuerdo.
 
Durante la visita de Estado a China, Xi le dio la "bienvenida" al inicio del proceso exploratorio para la negociación de un TLC. Los dos mandatarios convinieron en trabajar para 
 
firmar el acuerdo lo más rápido posible. La cancillería uruguaya no demoró en comunicar 30 términos de referencia para el inicio de la negociación a la contraparte china. 
 
Sin embargo, a principios de febrero el gobierno de Xi aún no había enviado una respuesta sobre la propuesta uruguaya ni las condiciones que estima pertinentes para dar 
 
inicio a las negociaciones. 
 
En comunicaciones con el gobierno uruguayo, China dejó claro que un acuerdo de este tipo debía contar con el apoyo de Brasil, la potencia regional. Para la diplomacia china 
 
es imprescindible que el convenio no genere inestabilidad regional. 
 
Brasil ya mostró sus resistencias a que el gobierno uruguayo pudiera negociar de manera bilateral y poco le interesa en este momento discutir un acuerdo entre el gigante 
 
asiático y todo el bloque. De hecho, Itamaraty está en un proceso de cambio de ministro que no escapa de los problemas con los que tropieza la política brasileña desde hace 
 
tiempo.
 
Argentina, por su parte, manifestó el deseo de negociar un acuerdo con China en bloque. Lo cierto es que, por el momento, el Mercosur no volvió a discutir esa posibilidad 
 
que Uruguay buscará hasta el final. 
 
 
Fuente: EL OBSERVADOR - Por Gonzalo Charquero / Martín Natalevich