07 de Diciembre, 2025
Radio Mercosur
Economía

Argentina y Brasil: Ganadores silenciosos de la guerra comercial

A medida que los productores de soja estadounidenses sufren graves pérdidas por la guerra comercial de Donald Trump, Argentina y Brasil emergen como los principales beneficiados

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La administración de Donald Trump enfrenta un nuevo reto en el sector agrícola, ya que la crisis sojera en Estados Unidos se profundiza tras la decisión de China de suspender sus compras de soja en respuesta a los aranceles proteccionistas. Desde mayo, el gigante asiático, principal cliente del sector, no ha adquirido ningún cargamento y ha redirigido sus compras hacia proveedores alternativos como Argentina y Brasil.

 
Hasta el año pasado, China absorbía cerca de una cuarta parte de toda la soja producida en EE.UU. En 2024, las exportaciones de soja del país alcanzaron aproximadamente u$s24.500 millones, de los cuales más de u$s12.500 millones correspondieron a ventas a ese destino. En contraste, la Unión Europea, el segundo mercado más importante, importó apenas u$s2.450 millones.
 
Caleb Ragland, directivo de la Asociación Americana de la Soja, alertó sobre la gravedad de la situación: “Esta es una alarma para nuestra industria”. La preocupación no se limita a la cosecha actual, sino que también pone en duda la sustentabilidad del negocio a largo plazo si no se restablece el vínculo comercial con Beijing.
 
La respuesta de China incluyó la imposición de una tasa de hasta 34% a la soja estadounidense, encareciendo su precio frente a la producción sudamericana. Esta medida también afectó a otros cultivos estratégicos como sorgo, maíz y algodón, provocando una significativa pérdida de competitividad para los productores estadounidenses.
 
Jim Sutter, director ejecutivo del Consejo de Exportación de Soja de EE.UU., expresó su inquietud: “Honestamente, me preocupa que se esté acabando el tiempo”, refiriéndose a la falta de un horizonte claro de resolución mientras la cosecha está en marcha.
 
A pesar de cuatro rondas de negociaciones bilaterales entre mayo y septiembre, no ha habido avances significativos en el capítulo agrícola. La Casa Blanca ha mencionado la posibilidad de un nuevo paquete de ayuda para compensar las pérdidas, similar al que se implementó durante la primera presidencia de Trump. Sin embargo, muchos productores rechazan esta opción. “No queremos pagos de ayuda, queremos trabajar. Lo peor que podríamos desear es una limosna”, afirmó Brian Warpup, agricultor de cuarta generación en Indiana.
 
Mientras los agricultores del cinturón sojero norteamericano presionan a la Casa Blanca, Argentina y Brasil continúan consolidándose como los grandes beneficiados, ampliando sus exportaciones de poroto y derivados de soja al mercado chino, en una estrategia de diversificación de proveedores impulsada por Beijing para garantizar su seguridad alimentaria.
 
Redacción con información de ámbito