Supermercados rechazan remarcaciones tras el fin del cepo
La eliminación del cepo cambiario ha llevado a una serie de aumentos en los precios. Las cámaras del sector minorista y mayorista piden a los proveedores que actúen con responsabilidad

La reciente liberación del cepo cambiario y la consiguiente devaluación dentro del nuevo esquema de bandas cambiarias han desatado una intensa disputa entre proveedores y cadenas comerciales. En los últimos días, supermercados y mayoristas han recibido listas de precios con incrementos que, en muchos casos, superan el 10% e incluso alcanzan el 20%.
Ante este panorama, las principales cámaras del comercio minorista y mayorista han decidido no convalidar aumentos "especulativos" ni "masivos". Esta postura refleja la creciente preocupación por la caída del consumo y la necesidad de enviar señales de estabilidad al mercado. Entre las entidades firmantes se encuentran la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), la Cámara Argentina de Supermercados (CAS), la Red de Super Argentinos, la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (FASA), la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM) y la Cámara de Supermercados Mayoristas (CASMA).
ASU, en un comunicado, fue categórica: "No aceptaremos listas de precios que contengan aumentos desmedidos o especulativos". Esta posición fue respaldada por CAS, FASA y la Red de Super Argentinos, quienes enfatizaron que "no es momento para aumentos masivos e indiscriminados", alineándose con las recientes medidas del Gobierno.
Los mayoristas también han expresado su rechazo a las subas injustificadas. CASMA, que reúne a empresas como Diarco, Makro y Maxiconsumo, valoró la liberación del cepo, pero advirtió que la apertura del mercado no debe traducirse en una devaluación abrupta, argumentando que no hay justificación para remarcar precios en este contexto.
Jean Poccard, presidente de CASMA, señaló que "es posible alcanzar un equilibrio que permita el desarrollo del consumo masivo y proteger el bolsillo de todos los ciudadanos", instando a la industria proveedora a mantener un diálogo constructivo.
La tensión entre proveedores y comercios ya ha dado lugar a la primera reversión visible: la empresa alimenticia Molinos ha decidido retroceder en los aumentos aplicados recientemente, en respuesta a los reclamos del sector comercial.
Mientras tanto, el Gobierno asegura que el dólar se mantendrá dentro del rango inferior de la banda cambiaria, lo que implicaría una devaluación mínima. Sin embargo, los precios ya han comenzado a ajustarse, y el desafío radica en evitar que la inflación se dispare sin un respaldo en los costos reales.
Redacción con información