Argentina y un posible tratado de libre comercio con EE.UU

 

Desde su gestión en 2019, Argentina ha explorado la posibilidad de un tratado con EE. UU., pero factores políticos y la pandemia habían postergado estas conversaciones. Con Milei en el poder y su enfoque liberal en materia económica, el panorama parece haber cambiado. “Podemos avanzar en mayores acuerdos comerciales con Estados Unidos”, afirmó Milei, abriendo la puerta a discusiones no solo con EE.UU. UU., sino también con otras potencias como China.

 

Sin embargo, las pertenencias de Argentina al Mercosur presentan un desafío significativo. Cualquier negociación bilateral debe alinearse con los intereses de los otros miembros del bloque, como Brasil y Paraguay, y asegurar que no se vean perjudicados. El Mercosur cuenta con mecanismos de resolución de disputas que buscan proteger a sus integrantes de los efectos adversos de acuerdos externos. Esto complica la posibilidad de un tratado unilateral, dado que el bloque aún no ha logrado establecer un libre comercio interno entre sus miembros.

 

Un tratado de libre comercio implicaría la eliminación de barreras comerciales, como aranceles y restricciones a la importación. Esto podría beneficiar a sectores clave de la economía argentina, como el agroindustrial y el tecnológico. La apertura del mercado estadounidense podría permitir un acceso preferencial para productos argentinos, impulsando las exportaciones y potencialmente atrayendo inversiones que mejoren la infraestructura y generen empleo.

 

Se estima que un acuerdo podría incentivar la transferencia de tecnología y conocimiento, fortaleciendo la capacidad productiva y competitiva de las empresas argentinas. Sectores como la producción de alimentos, tecnología y energía podrían verse especialmente favorecidos por un incremento en la demanda estadounidense.

 

Sin embargo, estos beneficios no están exentos de riesgos. La economía argentina, marcada por su volatilidad y dependencia de sectores primarios, podría enfrentar desafíos significativos. La competencia con productos estadounidenses más baratos podría poner en jaque a industrias locales no preparadas, resultando en la pérdida de empleos y un aumento de la desigualdad económica.

 

Además, la liberalización comercial podría llevar a una mayor primarización de la economía, concentrando la producción en sectores de bajo valor agregado. Esto podría acentuar la vulnerabilidad del país frente a las fluctuaciones del mercado internacional y limitar el desarrollo de industrias locales más sofisticadas.

 

Actualmente, las exportaciones argentinas a EE.UU. UU. Incluyen productos clave como petróleo crudo, oro y aluminio, que representan casi la mitad de las ventas. En el primer semestre de este año, estas exportaciones alcanzaron unos USD 3.500 millones, lo que subraya la importancia del mercado estadounidense para la economía nacional. Otros productos destacados en el comercio bilateral son naftas, vinos, carne, carbonato de litio, miel y limones.

 

En conclusión, mientras que un acuerdo de libre comercio con EE.UU. UU. podría abrir nuevas oportunidades para Argentina, también plantea importantes desafíos que deben ser cuidadosamente gestionados. Es esencial que el gobierno argentino considere las implicaciones económicas y sociales de este tratado, garantizando que las políticas comerciales no solo beneficien a ciertos sectores, sino que también protejan a los trabajadores y promuevan un desarrollo económico inclusivo. La coordinación con los otros miembros del Mercosur será crucial para asegurar que Argentina no solo aproveche las oportunidades, sino que también proteja sus intereses a largo plazo en un contexto global cambiante.

 

Redacción con información de Virginia Porcella - Infobae