02 de Abril, 2024
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PRUEBA DE FUEGO PARA EL PRESIDENTE MACRI : EL G20 EN BS AS

El Balance para el presidente argentino es satisfactorio. El resto es tarea del pueblo argentino: avanzar o quedarse en las protestas.

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BUENOS AIRES - El encuentro de líderes de las principales potencias culminó con un documento, algo que ansiaba el Gobierno. Los puntos destacados del G20 en Buenos Aires Cuando Mauricio Macri el viernes por la noche escuchó el grito "¡Argentina! ¡Argentina!", en el palco del Colón, pareció liberarse de la tensión y, con lágrimas en sus ojos, pareció decir: "Cumplí con la Cumbre del G20".
 
Es verdad: faltaba la trascendental reunión de este sábado y, más importante aun, saber si iba a haber consenso o no en los grandes temas planteados en esta edición, la primera que se desarrolló en Sudamérica, y si esto terminaría plasmado en un documento final.
 
Pero el gesto de Macri, que recorrió el mundo, ya anticipaba que para el jefe de Estado la Cumbre había sido un éxito.
 
Más allá de algunos errores de protocolo que bordearon lo grotesco –como cuando Macron bajó del avión y saludó a un banderillero-, la realidad es que la organización de la Cumbre no mostró grandes fisuras.
 
En esto fue decisivo que el tema de la seguridad nunca haya sido noticia: no hubo desbandes ni heridos durante las manifestaciones de protesta y todo se mantuvo en su curso normal. Un tema para nada menor teniendo en cuenta la previa de la fallida superfinal de la Copa Libertadores.
 
 
De hecho, el tema seguridad fue lo primero que ponderó Macri al arrancar la conferencia de prensa, cerca de las 15 horas del sábado.
 
Incluso, momentos antes de que tomara el micrófono, la atención de los medios internacionales pasaron a concentrarse en el estallido en las calles de París, dejando por momentos casi en un segundo plano lo que estaba terminando de cocinarse en el G20. Todo un síntoma del clima distentido que reinaba en Buenos Aires. 
 
 
El entrelíneas del documento final
 
Fue pasado el mediodía cuando se conoció que se había cumplido con el tan ansiado objetivo que perseguía el Gobierno: hubo documento final. 
 
Era el broche de oro que tanto precisaba Macri, quien era conciente de que para que en el mundo se hablara del "éxito" de la cumbre cumbre era vital que todos los líderes pusieran la firma en un papel. 
 
Si bien la Argentina no iba a ser responsable por la falta de acuerdo, en el ámbito de la diplomacia sí se mide el nivel de persuasión que tienen los países anfitriones al momento de ponerle el broche a una cumbre de esta envergadura.
 
Y Macri sabía que en los libros, el encuentro en Buenos Aires iba a quedar marcada por la existencia o no de un documento final.
 
El antecedente no era para nada positivo: hace apenas dos semanas se reunió el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico y, por primera vez en 25 años no hubo comunicado, debido a las marcadas divergencias entre Donald Trump y Xi Jinping.
 
El hecho de haberlo conseguido fue un punto a favor de Macri. Más considerando que al incio del G20 la expectativa de máxima era que al menos no hubiera ningún escandalete diplomático entre algunas de las delegaciones.
 
Ahora bien, ¿el documento final se puede considerar un avance en materia de relaciones interancionales? ¿Marca pautas claras y lineamientos que seguirán las potencias en materia de comercio? ¿O terminó quedando "lavado" de todo contenido para contentar o, al menos, no incomodar tanto a Xi Jinping como a Donald Trump?
 
Para el experto en comercio internacional Marcelo Elizondo, "la cumbre fue un éxito mayor que el que se esperaba. Primero se firmó un documento que tiene más de 40 páginas, cuando funcionarios el Gobierno días atrás aspiraban a cerrar un paper de dos o tres páginas".
 
Al repasar los párrafos que conforman los 31 puntos del paper final, se observa que no se tomó partido en la guerra comercial entre China y los Estados Unidos.
 
"Tomamos nota de los problemas comerciales actuales", fue el escueto pasaje que se puede leer en el punto 4, sin hacer ninguna referencia al libre comercio o al proteccionismo, la puja que hoy tiene en vilo a las potencias.
 
Sin embargo, Elizondo rescata el hecho "muy positivo" de que "hubo manifestaciones explícitas y de respaldo hacia el comercio y el multilateralismo como motores de la economía global. Sobre este punto se logró un importante consenso y eso es bastante más que lo que se esperaba".
 
 
A modo de síntesis, Estados Unidos y China están embarcados en una guerra comercial de proporciones épicas, con flujos de importaciones y exportaciones por un valor de u$s360.000 millones anuales afectados por aranceles, con el riesgo latente de que la escalada continúe.
 
La cuestión de fondo, igualmente no es de índole comercial, sino que se trata de una puja por la apropiación de patentes y de propiedad intelectual en materia de investigación y tecnología, un negocio que mueve cientos de miles de millones de dólares al año.
 
Frente a esta disputa, el propio Macri afirmó durante la conferencia de prensa que dio en Costa Salguero que el mundo estaba pendiente de la cumbre entre Trump y Xi Jinping, que iba a tener lugar unas horas después.
 
Así, reconoció que el lugar donde se definiría parte del comercio global se iba a jugar posteriormente, en una mesa chica entre los líderes de estas dos potencias, que explican el 40% del PBI mundial.
 
El otro tema clave del documento se encuentra en el punto 21, vinculado con el tema medioambiental. Allí se señala que "losEstados Unidos reiteran su decisión de retirarse del Acuerdo de París y reafirman su fuerte compromiso con el crecimiento económico y el acceso y la seguridad de la energía, utilizando todas las fuentes de energía".
 
Sin embargo, para Elizondo esto no puede leerse como un fracaso del G20, dado que pese a esa aclaración, Trump igualmente le puso la firma al acuerdo en el que, en el punto 20, las demás potencias sí hacen un llamado para trabajar por un medioambiente sustentable.
 
Para Elizondo, "en general se puede considerar un éxito porque fue una cumbre en la cual no se hizo énfasis en las diferencias. Por el contrario, fue positivo porque se recuperó un espacio clave para las negociaciones entre países".
 
La Argentina, ¿salió ganando?
 
Ahora bien: considerando que Macri logró cerrar la cumbre con una declaración final, que ha ido teniendo todas las reuniones bilaterales que se planteó y que terminó ofreciendo una buena imagen de la Argentina, ¿qué se puede esperar el día después?
 
Durante la conferencia que brindó en Costa Salguero, el jefe de Estado fue consultado sobre las implicancias concretas post G20.
 
Como respuesta, Macri habló principalmente de los logros obtenidos en los mano a mano con los líderes de las potencias: afirmó que se llevó compromisos de inversiones en infraestructura, energía y logística por u$s3.000 millones, "lo cual no es poco para nosotros".
 
 
Luego, enumeró avances en materia de comercio electrónico, facilitación aduanera con otros mercados y una mayor apertura para productos argentinos, principalmente frutas y carnes.
 
"Generamos oportunidades de exportación, un eje fundamental para nuestra política, porque es exportar el trabajo de los argentinos", amplió.
"En estos días sorprendimos al mundo", completó Macri, sobre el resultado global del G20.
 
En una columna, el ex vicecanciller Andrés Cisneros remarca que "recibiremos aplausos, palmadas en la espalda y algún negocio puntual". Y que esto, claramente es positivo.
 
¿Pero es suficiente? En este sentido, el experto pidió no caer en el razonamiento simplista según el cual, por hacer un buen papel internacional, "podemos sentarnos a esperar que vengan de afuera a solucionar nuestros problemas, la última vez con la frustrada expectativa de la lluvia de inversiones".
 
"Tenemos que entender que el mundo puede muy bien aplaudir nuestras buenas intenciones, pero no ayudan a quienes no se ayudan", agregó. 

Macri, el "equilibrista"
 
El otro punto clave es que Macri salió airoso de la tensión entre Trump y el chino Xi Jinping.
 
Los expertos planteaban que el riesgo del jefe de Estado era quedar en medio de los dos fuegos, considerando que ambos mandatarios ayudaron a la Argentina en términos financieros y que son considerados clave a la hora de movilizar proyectos de inversión.
 
Cabe recordar que el líder de los EE.UU. fue el artífice para que el FMI active una partida de más de u$s57.000 millones, en tanto que Beijing viene de ampliar el swap, alcanzando un valor equivalente u$s18.000 millones.
 
Al estar en deuda con ambos mandatarios, los analistas se preguntaban cómo iba a jugar su partido Macri, un interrogante que creció aun más cuando desde Washington hicieron trascender que en la bilateral se habían referido a China como una economía "depredadora".
 
Sin embargo, Macri jugó bien su partido, repartiendo elogios para uno y otro lado. "Se planteaba que uno iba a tener que elegir y no es así. La Argentina ha demostrado que somos capaces de tener muy buenas relaciones con todos los países", apuntó.
 
"Tenemos una excelente relación tanto con los Estados Unidoscomo con los chinos, aunque los norteamericanos han sido siempre los primeros inversores extranjeros en la Argentina", afirmó Macri, inclinando la balanza un poco hacia el lado de  Trump. 
 
Sin embargo, cuando se le preguntó por China, el Presidente volvió a equilibrar las cosas al señalar que el gigante asiático "no es una amenaza, sino una oportunidad de desarrollo"
 
"Tenemos una excelente relación con Xi Jinping, que cada vez se hace más fanático de la Argentina, especialmente del fútbol, de la carne y de sus vinos", ensayó una respuesta políticamente correcta. 
 
Para Elizondo, "desde el punto de vista gestual, Macri mostró una posición de mayor cercanía hacia los Estados Unidos. Esto se notó cuando en el discurso de cierre habló de comercio justo, un concepto al que suele hacer referencia Trump en su pelea con el gigante asiático". 
 
Pero esto, según el experto, "no impidió que el Presidente mantuviera una relación operativa y pragmática con China durante toda la cumbre".
 
Por eso es que consideró que, desde el punto de vista diplomático, "el tema se manejó muy bien. Macri ha hecho un buen equilibrio, si bien esto se vio facilitado porque había un consenso previo plasmado en un documento".
 
Cabe destacar que el Presidente y Xi Jinping se verán las caras este domingo por la mañana, cuando firmarán cerca de 40 acuerdos bilaterales en la Quinta de Olivos.
 
Entre los temas que se incluirán en dichos acuerdos figuran la agilización del swap por un valor equivalente a unos 9.000 millones de dólares.
También se prevén anuncios en materia de proyectos de inversión de China en litio, energía renovable y agricultura y un acuerdo para obras de infraestructura por cerca de u$s1.200 millones de dólares.
 
En paralelo, el Gobierno quiere avanzar con la apertura del gigante asiático para diversos productos como carne ovina y porcina, miel y frutas frescas.
 
 
 
Por Juan Diego Wasilevsky
01.12.2018 • 17.44hs •COMEX
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